«Las canciones de Judy no se adueñan del relato, no lo hacen suyo […] Me hablaron de un biopic en algún lugar del arcoiris, pero no este es que más justicia haga a la figura de Judy Garland»

Año: 2019
Director: Rupert Goold
Reparto: Renée Zellweger, Jessie Buckley, Rufus Sewell, Finn Wittrock, Michael Gambon, Bella Ramsey, John Dagleish
País: Reino Unido
Duración: 118 min
Género: Drama | Biopic
Puntuación: ** (Regular)
Sinopsis
Durante el invierno de 1968, treinta años después del estreno de ‘El mago de Oz’, la leyenda Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos. Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas. Mientras Judy se prepara para subir al escenario vuelven a ella los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, se enfrenta en este viaje a las inseguridades que la acompañaron desde su debut, pero esta vez vislumbra una meta firme: regresar a casa con su familia para encontrar el equilibrio. [Filmaffinity]

Análisis
Colorido biopic de la actriz y cantante Judy Garland, famosa por su interpretación de Dorothy en «El mago de Oz» y un icono de la edad dorada de Hollywood. Una edad dorada realmente artificial, en muchos casos, pues detrás de los fastuosos decorados de cartón piedra y de los mundos de sueños y fantasía se esconden la avaricia, la explotación laboral y la hipocresía. El precio de la fama. La acción de la película se desarrolla a finales de los sesenta, el ocaso de la vida de Judy -falleció en junio de 1969-, con ocasionales flashbacks a los inicios de su carrera durante la edad dorada. Descubrimos a una Judy sufriente, atormentada, con problemas físicos, familiares y laborales. Arruinada. Aun siendo una estrella, es incapaz entonces de volver a ofrecer un espectáculo digno.

Renée Zellweger es el vivo retrato de Judy Garland, gracias a una impresionante transformación tanto física como gestual. Ella sostiene todo el peso del relato, lo cual da lugar -en su conjunto- a una obra no del todo conseguida. Desgraciadamente, tanto Judy como el filme adolecen de verdadera alma. Por culpa del alcohol, la presión de los estudios, las pastillas y las forzadas sonrisas de imagen pública nos damos cuenta del vacío en el corazón de Judy, pero ahí se queda, en una impresión general. Falta ahondar con más garra en el interior del personaje, creérnoslo de verdad, empatizar con su sufrimiento. Por otra parte, la película discurre con un ritmo irregular, a trompicones, y posiblemente su segunda parte esté más lograda que la primera. Da pasos en falso probando diferentes tonos, ¿madre que lucha por sus hijos o estrella fracasada buscando redención?, y el espectador puede no situarse sobre de qué va realmente la película.
Porque a ello se suma las características especiales que tiene toda historia de actrices y cantantes, y es el destacado papel de la música. Por desgracia, las canciones de Judy no se adueñan del relato, no lo hacen suyo, y los diferentes números musicales -mediada casi la mitad del filme- quedan como piezas sueltas, si bien son emocionantes y están muy bien recreados. Sí se ha sabido dar con un buen cierre, quedando un final redondo, mas no está a la altura de una cinta mejorable. Los personajes secundarios, además, tampoco elevan la calidad del relato. Aun siendo lógico que se conceda mayor peso a Judy, son unos secundarios florero, insustanciales, sin conversaciones de altura, sin conflictos dramáticos y a quienes se les pide una escena de verdad con Judy, que nunca llega. Tan solo acompañan -para bien o para mal- a la protagonista. De hecho, suena impostada la irrupción de los dos fans homosexuales, metida con calzador en el relato y cuyo alegato reivindicativo es una falacia a efectos de guion, sin conexión alguna con otra trama.

Así, se acaba con la sensación de no haber conocido lo suficiente al personaje de Judy. Esta aproximación británica a su vida se queda a medio gas, en lo externo y general. Es interesante, eso sí, una visión británica de la Metro y de aquellos años dorados de Hollywood, y de cómo choca el carácter americano de Judy con la etiqueta los convencionalismos del teatro londinense Albert Hall. Me hablaron de un biopic en algún lugar del arcoiris, pero no este es que más justicia haga a la figura de Judy Garland.