“melodrama tonto basado en la mentira y la parodia con la excusa de ficcionar sucesos históricos, pero previsible e inverosímil […] continúa pendiente una obra de ficción exclusivamente centrada en ese período de siete años hasta el matrimonio con Enrique”

Formato: Miniserie
Año: 2019
Director: Emma Frost (Creator), Matthew Graham (Creator)
Reparto: Charlotte Hope, Richard Pepper, Aaron Cobham, Elliot Cowan, Stuart McNeil, Alicia Borrachero, Ruairi O’Connor, Jordan Renzo, Oliver Rix
País: Estados Unidos
Capítulos: 8
Duración del capítulo: 1 min
Género: Drama de época
Época histórica: Siglo XVI
Puntuación: ★☆☆☆☆ (Mala)
Sinopsis
The Spanish Princess gira en torno a Catalina de Aragón, una joven y preciosa princesa de España que, a modo de alianza con Inglaterra, fue prometida con el heredero al trono cuando esta era una niña. Así, llega al país junto a su corte y sus damas de compañía. Posteriormente, su esposo el Príncipe Arturo muere, por lo que cualquier esperanza de ascender al trono parece perdida, hasta que la joven asegura que su matrimonio nunca fue consumado y que, por ello, tiene derecho a volver a casarse con el nuevo heredero: el Príncipe Harry, que más tarde gobernaría como el Rey Enrique VIII. [Sensacine]
Análisis
Ridícula, un despropósito. Todo suena a falso en The Spanish Princess, mientras la mayor intriga para el espectador consiste en averiguar si tales abominaciones son por ignorancia o por desvergüenza. La tercera producción de Starz sobre princesas supone el culmen de una progresiva mediocridad, tras la primeriza -y muy correcta- The White Queen y la regular The White Princess. The Spanish Princess continúa -supuestamente- la trama histórica abordada por sus predecesoras, iniciada con la Guerra de las Dos Rosas con el reinado de Elizabeth Woodville y continuado durante un período 1485-1500 con el reinado de Elizabeth de York. Ahora, cuanto se ofrece al espectador es la llegada de Catalina de Aragón a Inglaterra para contraer matrimonio con el Príncipe Arturo en 1501. Ese viaje es cuanto se narra en el primer capítulo, y la ridiculez de la serie ya queda patente desde entonces. Es cierto que al final de cada episodio se comunica al espectador que los sucesos históricos han sido modificados con propósitos dramáticos, pero convendría meditar si el drama «sale ganando» y es «fiel a sí mismo» cuando las modificaciones no afectan a personajes secundarios, la música o el vestido, sino a la memoria y esencia de sus protagonistas.
Como sabemos, Catalina se desposó con el enfermizo Arturo en noviembre de 1501, y en abril de 1502 este murió a causa del denominado sudor inglés. Comenzó entonces para ella un calvario diplomático y personal hasta que en 1509 pudo contraer matrimonio con el príncipe Enrique, nuestro famoso Enrique VIII. Dicho matrimonio fue válido porque Catalina confesó no haber podido consumar el matrimonio con Arturo, motivo por el cual el Papa Julio II concedió la dispensa para que se casase con Enrique. Lamento el spoiler, pero en el segundo capítulo Catalina consuma el matrimonio con Arturo -para más inri, no escatiman medios para mostrarlo explícitamente-, y por tanto a la muerte de Arturo ella mientre descaradamente para poder casarse con Enrique y ser coronada reina de Inglaterra. Un príncipe Enrique ya crecidito y hermoso en 1502, cuando históricamente era un niño y por eso hubo de esperar hasta 1509. Así, más que una ligera anécdota es lo que se ha modificado. Catalina se nos presenta como una persona ambiciosa, conspiradora y seductora, dispuesta a todo -a mentir, ya vemos- para convertirse en reina, por más que se insista en alabar su carácter, belleza e inteligencia.
Por supuesto, también patina The Spanish Princess en la descripción de Isabel la Católica, quien cabalga con armadura y lanza en ristre en el primer capítulo para batallar contra los moros y defender a su hija. Si bien no la veremos más, aparecerá en los sueños y pensamiento de Catalina, así como en sus conversaciones, siempre como una mujer-soldado temida por sus enemigos. Realmente, el esfuerzo de los guionistas podría haber sido mayor a la hora de aproximarse a los Trastámara, pues no se habla de Castilla y Aragón sino en todo momento de España, Catalina recuerda con cariño corridas de toros y cómo su madre perdonó la vida a un astado, y en el funeral de Arturo ella y su séquito cantan una especie de lamentaciones a grito pelado que parece ser -dicen- era característico en la Península. Para colmo, Catalina admira la religión y la cultura musulmana y dice sentirse mitad islámica, aunque profese la fe católica. Es histórico el dato de que en su séquito viajaron personas africanas a Inglaterra, pero ni por asomo formarían parte de sus ayudas de cámara, papel desarrollado por su amiga y confidente Lina durante la serie, enamorada de un africano inglés en una subtrama.
The Spanish Princess es un melodrama tonto basado en la mentira y la parodia con la excusa de ficcionar sucesos históricos, pero previsible e inverosímil. La mala en todo momento es Margarita Tudor, madre de Enrique VII -y abuela de Arturo y Enrique VIII-, que por supuesto es una antagonista poco creíble por la endeblez de sus móviles, su deshumanización y sus irrisorias pataletas. Huelga decir que es una lástima el resultado de la serie por la riquísima materia prima de la que partía: Catalina queda viuda en abril de 1502 y deberá lidiar con la nobleza inglesa hasta casarse de nuevo en 1509. Siete años largos, bien documentados, que pusieron a prueba la entereza de la princesa española. Y bien desperdiciados por The Spanish Princess. Asistimos a las conspiraciones de Margarita Tudor y la nobleza inglesa, a los desvaríos de Enrique VII en sus últimos años de reinado, a escuetos y ridículos intentos por recuperar el trono para la Casa de York, a chismes cortesanos entre las damas de Catalina y la citada subtrama entre la africana Linda y su amor inglés. Todo hasta la boda final entre Catalina y Enrique. No era tan difícil un mínimo de estudio histórico, bastaba simplemente con ver Un hombre para la eternidad, Las seis esposas de Enrique VIII, o la española Catalina de Inglaterra. Continúa pendiente una obra de ficción exclusivamente centrada en ese período de siete años hasta el matrimonio con Enrique. Lanzo el reto, ya que The Spanish Princess no se lo ha tomado en serio.