Rescate en el Mar Rojo

Por Jesús Dorado | @jdoradoblanco

«un guión bastante academicista y correcto, quizá un poco previsible. […] no decepcionará a quien […] quiera informarse de forma amena sobre un pedacito de la historia de los judíos de Etiopía»

Formato: Película
Año: 2019
Director: Gideon Raff
Reparto: Chris Evans, Alessandro Nivola, Haley Bennett, Michiel Huisman, Ben Kingsley, Michael Kenneth Williams, Greg Kinnear
País: Estados Unidos
Duración: 129 min
Género: Thriller
Época histórica: Sudán. 1980
Puntuación: ★★★☆☆ (Buena)

 

 

Sinopsis
A comienzos de los años 80, un pequeño grupo de agentes del Mossad elabora un plan para rescatar y evacuar a cientos de etíopes judíos desde Sudán con destino a Israel.  [Filmaffinity]

Análisis

Desde la noche de los tiempos, entre las montañas al norte de Etiopía, cerca de Gondar, ha habidos judíos etíopes. Son los Beta Israel, también llamados falashas, un pueblo que dice descender del rey Salomón y de la reina de Saba. Como todos los judíos, siempre habían soñado con ir a la Tierra Prometida, con volver a Jerusalén. Sin embargo, tras la creación del Estado de Israel, no emigraron allí. Los otros judíos no sabían muy bien cómo tratarlos. No los reconocían como verdaderos judíos. Pero la sequía, la revolución y la guerra civil llegaron a Etiopía. Los falashas estaban amenazados e Israel no podía quedarse con los brazos cruzados.

Primero intentaron un acuerdo con el gobierno prosoviético de Mengistu: armas a cambio de falashas, pero duró poco tiempo. Después empezaron a sacarlos no desde Etiopía sino desde Sudán, país vecino al que acudían muchos refugiados, pero que oficialmente estaba en contra de la misma existencia de Israel. Entre 1981 y 1982, el servicio secreto israelí, el Mossad, estableció un centro de buceo en Sudán, a orillas del Mar Rojo. Era la tapadera perfecta para empezar a rescatar a los judíos etíopes.

Gideon Raff, director israelí, nos trae en Rescate en el Mar Rojo la historia de un indomable espía del Mossad llamado Ari Levinson, que no puede permanecer impasible ante la tragedia y decide ayudar a los falashas. Ari, interpretado por Chris Evans, se enfrenta a mil peligros en un guión bastante academicista y correcto, quizá un poco previsible, pero sin fallos ni errores. La Historia, los hechos verdaderos, ciertamente conmovedores, no tienen una correlación en el guión, de manera que el filme no consigue interpelar con profundidad al espectador. En ese sentido se echa de menos la fuerza de películas de temática similar como Vete y vive (2005) o Munich (2006).

La producción de Netflix cuenta con un reparto principal formado por actores poco conocidos, que realizan una buena labor de apoyo a Evans, consiguiendo interpretaciones correctas, pero no destacables. Se completa el reparto con la actuación de Ben Kingsley como secundario que ayuda con su carisma a apuntalar el conjunto. Pese a todo, sus actuaciones no son ni destacadas ni memorables.

El filme, pese a estar basado en hechos reales, difiere un tanto de la Historia. El centro turístico que se abrió se llamaba Arous y tuvo un restaurante con dos Estrellas Michelin. El agente del Mossad que en la película se llama Ari encaja con la historia de Danny Limor. Sin embargo, sí que es cierto que los agentes que operaban allí tuvieron un encontronazo con unos soldados. Les sorprendieron durante la noche en medio de una operación y Danny mantuvo la sangre fría y empezó a gritar en inglés que eran turistas haciendo buceo nocturno. El oficial, sorprendido, se disculpó diciendo que los habían tomado por contrabandistas y en seguida se retiró. No obstante, el incidente supuso el fin del resort y los clientes una mañana se despertaron y encontraron que los empleados extranjeros se habían esfumado. Solo habían dejado unas cartas de disculpa que hablaban de dificultades económicas y que prometían reembolsos. La ficción se mantuvo tan bien que el New York Times lamentó que se cerrara el complejo.

Para concluir, cabe decir que la película es entretenida, que no decepcionará a quien se acerque a descubrirla y a quien quiera informarse de forma amena sobre un pedacito de la historia de los judíos de Etiopía. Pero le falta gancho, garra, algo a lo que, lamentablemente, estamos acostumbrados con las producciones de Netflix.


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