Las luminarias

“Buena dosis de suspense y un asesinato digno de ser descubierto. Una mayor sencillez para definir su concepto la habría convertido en redonda, pero se pierde en virguerías fantasiosas”

Formato: Miniserie
Año: 2020
Director: Claire McCarthy
Reparto: Eve Hewson, Eva Green, Himesh Patel, Marton Csokas, Ewen Leslie, Benedict Hardie, Erik Thomson, Callan Mulvey
País: Reino Unido
Número de capítulos: 6
Duración del capítulo: 55 min
Género: Aventuras
Época histórica: Nueva Zelanda | 1860
Puntuación: ★★★☆☆ (Buena)

 

 

Sinopsis
En plena fiebre del oro en Nueva Zelanda. Anna Wetherell (Eve Hewson) es una joven aventurera que viaja desde Gran Bretaña hasta la costa oeste de Nueva Zelanda para empezar una nueva vida. Allí se encuentra con Emery Staines (Himesh Patel), un encuentro que desencadena una magia extraña que ninguno de los dos puede explicar.  [Filmaffinity]

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Análisis

La BBC presenta esta miniserie de aventuras con cierto aroma clásico, combinando diferentes géneros como el western y el drama judicial, además de cierta fantasía. Sin duda, el mayor acierto de la serie es su universo: Nueva Zelanda en 1860. El escenario y su época constituyen su activo más preciado, pues presenta una variedad de lugares, paisajes y personajes muy ricos desde el punto de vista dramático. Aunque estos hechos no resulten significativos para la trama, fue a partir de 1840 cuando Nueva Zelanda contó por primera vez con un gobierno autónomo, mientras continuaba siendo una colonia británica. Poco a poco el territorio ganó mayor autonomía, también como fruto de la emigración desde el Reino Unido, lo cual dio lugar a la formación de consejos propios, además de mayor capacidad judiciaria y legislativa. En 1861, efectivamente, se encontraron yacimientos de oro en Otago, en la isla sur de Nueza Zelanda. Además de atraer buscadores de oro, la isla sur planteó independizarse de la isla norte para constituir dos colonias completamente independientes, pues el sur era más próspero, pero finalmente una votación negó esta posibilidad.

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En esta época, los jóvenes Anna y Emery se conocen en uno de los barcos que llega a Nueva Zelanda. Ambos van para buscar oro y emprender una nueva vida. En este sentido, la miniserie ha recreado muy bien el tono propio de los westerns en cuanto a la fiebre del oro. Allí hay gente honrada -los menos- y mucha ambición y avaricia, contratos para regular ese oro, bancos, prestamistas, poblaciones construidas de manera improvisada, muchedumbres hacinadas en torno a un yacimiento, cubos y palanganas, hombres desesperados trabajando de sol a sol para encontrar una mísera pepita, y también prostitutas, pues siempre hay oportunistas con ojo para los negocios.

Las luminarias toma prestados elementos del western, pero su esencia realmente responde a la de un drama judicial. En el primer capítulo advertimos que ha muerto un hombre, y durante toda la miniserie se nos invita a descubrir quién lo ha matado. Así, son constantes los flashbacks y las ideas y venidas temporales, pues la historia cuenta con dos tiempos narrativos: un presente donde se ha descubierto un muerto y hay un acusado, y un pasado en el que Anna y Emery llegan novatos a la isla y comienzan a interactuar con diferentes personajes. La trama judicial está bien elaborada y resuelta, realmente hay suspense, giros de guion e hilos que concuerdan.

No obstante, no todos los personajes están bien desarrollados, y por ello Las luminarias languidece un poco. Si bien los protagonistas y los secundarios más relevantes están bien resueltos, hay otros secundarios que aparecen y desaparecen sin razón alguna, cuya presencia no está correctamente explicada, y cuyas motivaciones para actuar ni están ni se las esperan. Esto hace que en determinados momentos el ritmo decaiga y no termine por comprenderse del todo por qué suceden las cosas. Por otra parte, tampoco casa del todo bien el componente fantástico de la miniserie. A causa de factores astrales, existe un poder mágico entre los protagonistas, pero, sinceramente, es un elemento residual en la serie. Residual en cuanto a duración e intensidad, esto es, que aunque su presencia sea imprescindible para entender la clave de la trama, no se halla diluida en el desarrollo de la misma, sino que queda como un elemento impostado, un pegote al que recurrir en determinados momentos. A la vez, las referencias a la astrología y al zodiaco tampoco aporta nada más que un fondo decorativo.

De todas maneras, salvando esos excesos, Las luminarias es una correcta miniserie de aventuras, en un escenario verdaderamente interesante, con una buena dosis de suspense y un asesinato digno de ser descubierto. Una mayor sencillez para definir su concepto la habría convertido en redonda, pero se pierde en virguerías fantasiosas.


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