«Lo sublime convive con el terror, y en medio del clima de tensión se generan planos de gran belleza en los alrededores del palacio y a través de la paleta de colores que proporcionan los numerosos vestidos de la princesa […] aunque quizá peca en su parcialidad a la hora de repartir culpas»

Formato: Película
Año: 2021
Director: Pablo Larraín
Reparto: Kristen Stewart, Jack Farthing, Timothy Spall, Sally Hawkins, Sean Harris, Richard Sammel, Amy Manson, Ryan Wichert
País: Reino Unido
Duración: 116 min
Género: Drama. Biográfico
Época histórica: Siglo XX. 1990s
Puntuación: ★★★★☆ (Muy buena)
Sinopsis
Biopic de Lady Di que cuenta la historia de un fin de semana crucial a principios de los años 90, cuando la princesa Diana -de nombre Diana Frances Spencer- decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no estaba funcionando, y que necesitaba desviarse de un camino que la había puesto en primera fila para algún día ser reina… El drama tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la Casa de Windsor en su finca de Sandringham en Norfolk, Inglaterra. [Filmaffinity]

Análisis
La película de Larraín cubre un período especialmente breve de la vida de Lady Di: una Navidad de comienzos de la década de 1990. Una Navidad cualquiera, no precisa la fecha, y la mayoría de los hechos narrados son fruto de la invención del cineasta. Hechos ficticios, pero a la vez verdaderos. No interesa la cronología, la exactitud histórica ni tan siquiera si la prensa y los historiadores fueron capaces de recoger cuanto describe el filme. Lo importante es que pudo suceder así, que muy probablemente se mantuvieron esos diálogos, que en la corte británica reinaba ese clima hipócrita e insano, y, sobre todo, que Lady Di sufrió como esposa y madre.
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El relato se estructura a lo largo de tres días: Nochebuena, Navidad y Boxing Day (san Esteban, el día después de Navidad). Los tres días funcionan, además, como los tres actos narrativos de una obra clásica. Como espectadores, nos introducimos en el coche de Lady Di para acudir a celebrar la Navidad con la familia real británica y, desde entonces, no abandonaremos nunca el punto de vista de la princesa. La cámara persigue continuamente a la protagonista, y de allí que miremos a los demás personajes a través de su prisma, que accedamos a sus sueños, a sus miedos y a sus esperanzas. A través de planos secuencia con sus andares por el palacio y de unos acuciantes primeros planos, nos adentramos de lleno en el mundo interior de la princesa.
Larraín imprime con acierto una atmósfera agobiante y sobrecargada, preparando cuidadosamente el terreno y manejando muy bien los ritmos narrativos. Sin duda, genera un ambiente próximo al terror. El tiempo transcurre lentamente entre las paredes del palacio y las secuencias son largas, yendo y viniendo los gestos, los silencios y las miradas. Los diálogos, por su parte, son muy atinados, sin supercherías, sino con sutileza y reproches sin caer en la sensiblería. Todo ello acompañado de una fotografía muy lograda. Lo sublime convive con el terror, y en medio del clima de tensión se generan planos de gran belleza en los alrededores del palacio y a través de la paleta de colores que proporcionan los numerosos vestidos de la princesa. Además, la esmerada puesta en escena da lugar a secuencias más hermosas por su verosimilitud.

Sin duda, es un retrato muy ácido de la familia real británica. Aunque supone un magnífico ejercicio de introspección y empatía hacia Diana de Gales, quizá la película peca en su parcialidad a la hora de repartir culpas, evidenciando la hipocresía de la reina Isabel y de su hijo Carlos frente a una princesa sencilla e inocente. Incluso se puede considerar excesiva su caracterización como madre sufriente por sus hijos, dejando de lado otros aspectos de su personalidad. No obstante, el relato es creíble y muy disfrutable, pues el conjunto viene reforzado por una Navidad narrativamente triste y sobrecogedora, pero muy bien coloreada por la paleta estética.