«relato clásico del «pez fuera del agua» […] pero el pez no está en apuros, tiene miedo a estar fuera del agua, pero ni le falta el aire ni aparecen tiburones»

Formato: Película
Año: 2020
Director: Dominic Cooke
Reparto: Benedict Cumberbatch, Rachel Brosnahan, Jessie Buckley, Merab Ninidze, Angus Wright, Kirill Pirogov
País: Reino Unido
Duración: 111 min
Género: Intriga
Época histórica: Siglo XX. Guerra Fría. 1960s
Puntuación: ★★☆☆☆ (Regular)
Sinopsis
Durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, el ingeniero Greville Wynne (Benedict Cumberbatch) se infiltra como espía en el MI6, servicio de inteligencia británico. Cuando la crisis de los misiles cubanos promete inclinar la balanza a favor del país soviético, Wynne comenzará a trabajar con la CIA para filtrar información sobre el plan que tienen en marcha los rusos y así evitar una catástrofe. [Filmaffinity]

Análisis
Película canónica de espías, que sigue con premeditación muchos de los patrones del género y que además cuenta con el aliciente de narrar una historia real, la del empresario británico Greville Wynne, quien acabó como trabajando espía para el MI6 entre 1960 y 1962. Como telón de fondo, observamos el gobierno de Kruschev en la Unión Soviética, la llegada de Kennedy a la Casa Blanca, la Crisis de los Misiles de Cuba y la nueva etapa del desarrollo de la Guerra Fría. En este sentido, la película supone un medio excelente para comprender esta época histórica. Está bien hilvanado el relato particular en medio del contexto histórico general, distribuyendo adecuadamente las dosis de las peripecias vitales de Wynne y las secuencias de alta política, a lo cual se suman los discursos públicos en televisión.

Con respecto al protagonista, nos encontramos ante el relato clásico del «pez fuera del agua», un personaje a quien se le saca de su mundo ordinario para desempeñar una misión para la cual no está preparado, topándose con situaciones radicalmente distintas. La sencillez de esta premisa para dar lugar a una historia con fuerza, sin embargo, no logra su efecto. Por un lado, porque no se nos presenta a Wynne en su pecera; tan solo se nos informa de que es comerciante, y acto seguido se le propone la misión de actuar en Rusia como espía. Como previamente no vemos a Wynne desenvolverse en su mundo ordinario, cómo trata con sus clientes, cuáles son sus pasiones y sus miedos, sus virtudes y defectos, no supone un contraste su actividad como espía. De igual manera, el filme tampoco ofrece un contenido de enjundia acerca de dichas actividades en Moscú: a excepción de su primer viaje, todo lo demás son secuencias de montaje velozmente sentenciadas, condensando en segundos sus idas y venidas entre restaurantes, paseos y obtenciones de material clasificado.
Por esta razón, la película no logra la intensidad deseada. Confía todo el efecto emotivo a la intuición del espectador, a que nosotros imaginemos y demos por hecho el sufrimiento de Wynne, pero jamás le vemos sufrir. No encuentra obstáculos en su labor como espía, no hay quien le persiga, ni dificultades a salvar, ni situaciones complicadas que deba resolver con su ingenio. Por sus conversaciones sabemos que tiene miedo de que puedan sucederle esas cosas, aunque luego apenas suceden. El pez no está en apuros, tiene miedo a estar fuera del agua, pero ni le falta el aire ni aparecen tiburones. De este modo, el pretendido suspense que toda película de espías debería tener brilla por su ausencia. Wynne viaja entre Londres y Moscú, pero a excepción de dialogar con su amigo ruso, su esposa y los servicios de inteligencia no realiza acción alguna.
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No es tampoco la mejor interpretación de Benedict Cumberbatch. Aunque su recreación como Wynne resulte encomiable, así como los cambios físicos y su evolución durante el filme, no transmite adecuadamente el interior del personaje. Sí resulta más creíble Merab Ninidze como Oleg Penkovsky. En resumen, un interesante relato de espionaje, pero para quien no desee perderse en la trama ni sufrir hasta la resolución final: no hay sorpresas ni giros de guion y los buenos son los buenos. Aunque no se pregunta cómo pudo durar tanto la Guerra Fría si todo fue tan fácil.