«visualmente es un espectáculo, la sombra de una de las mujeres más poderosas de su tiempo se cierne sobre el espectador, da canguelo, pero el tono nihilista resulta sobrecogedor, la falta de esperanza pesa»
Formato: Miniserie
Año: 2022
Director: Stacie Passon
Reparto: Samantha Morton, Sennia Nanua, Charles Dance, Liv Hill, Ludivine Sagnier
País: Estados Unidos
Temporadas: 1 (8 Capítulos)
Duración del capítulo: 50 min
Género: Drama
Época histórica: Siglo XVI.
Puntuación: ★★☆☆☆ (Regular)

Sinopsis
Un drama histórico con un enfoque contemporáneo para contar la historia del ascenso al poder de Catalina de Médici (Morton). En el estreno de la serie, «Medici Bitch», la historia de Catalina se desarrolla a través de flashbacks mientras defiende sus acciones e imparte las lecciones que ha aprendido a su nueva sirvienta de confianza, Rahima (Sennia Nanua). A los 14 años, la joven y huérfana Catherine (Liv Hill) se casa en la corte francesa del siglo XVI. A pesar de su condición de plebeya, su tío, el Papa Clemente (Charles Dance), ha negociado una gran dote y una alianza geopolítica a cambio de la unión, y con ella viene la expectativa de tener muchos herederos. […] Catalina debe aprender rápidamente en quién puede confiar -tanto en su entorno personal de cortesanos como en los miembros de la corte real-, al tiempo que debe superar a cualquiera que subestime su determinación de sobrevivir a cualquier precio.

Análisis del capítulo piloto
Una producción más de la factoría Starz, caracterizadas por una cuidada puesta en escena, una documentación meticulosa y una milimetrada recreación de las costumbres, el vestuario y las convenciones de la época, combinado con un radical anacronismo en el comportamiento de los personajes, en su cosmovisión, la mentalidad y la manera de entender la vida. Desde su óptica posmoderna, la miniserie utiliza (una vez más, Starz) la ambición de poder, la filosofía de la sospecha y homo homini lupus como eje vertebrador del relato. Todo es política, todo es conspiración y no hay espacio para la misericordia.

Pero, a diferencia de The White Queen (La reina blanca) o Becoming Elizabeth, la miniserie que nos ocupa utiliza la primera persona, a la propia Catalina de Médici para narrar su historia, desde un tono bufo, gamberro y con tintes paródicos. La protagonista, desde la vejez, describe su historia a otro personaje (a nosotros, espectadores, a su vez) y para ello efectúa interrupciones en su narración, mira directamente a cámara, comenta en off las acciones de otros personajes y opina acerca de las costumbres de su época. Si bien alguno de estos recursos funciona, de modo aislado, el conjunto se resiente, restando credibilidad a la historia, que al final se configura con un estilo rockero (esos solos de guitarra eléctrica en la banda sonora).
Por supuesto, el papado y las costumbres religiosas de la época quedan desprestigiadas, así como el sistema monárquico, caracterizado por la opresión a las princesas y a las mujeres de cualquier ralea. Curiosa mezcla que, aparentemente, la miniserie no se tome en serio a sí misma, y a su vez cargue contra el modelo patriarcal vigente. Se ridiculiza, por tanto, cuanto interesa.
Así, visualmente es un espectáculo, la sombra de una de las mujeres más poderosas de su tiempo se cierne sobre el espectador, da canguelo, pero el tono nihilista resulta sobrecogedor, la falta de esperanza pesa.

Gran interpretación la de Samantha Morton, así como la de la joven Sennia Nanua. Veremos cómo discurre la temporada, pero no es muy halagüeña una verosímil reconstrucción moral de la época: solo cabía (parece ser) la desconfianza y el maquiavelismo.