«Tras presentar a una Sissi posmoderna y sosa y esgrimir alegatos contemporáneos, el relato logra poco a poco encontrar su lugar y brindar su magia. Requiere paciencia»
Formato: Serie
Año: 2022
Director: Florian Micoud Cossen, Katrin Gebbe, Kati Eyssen (Creador)
Reparto: Devrim Lingnau, Philip Froissant, Melika Foroutan, Johannes Nussbaum
País: Alemania
Temporadas: 1 (6 Capítulos)
Duración del capítulo: 55 min
Género: Romance
Época histórica: Siglo XIX. 1850s. 1860s. 1870s. 1880s.
Puntuación: ★★★☆☆ (Buena)

Sinopsis
En la Austria del siglo XIX, la ingobernable y apasionada Sisi y el joven emperador se entregan al amor en medio de intrigas y luchas de poder dentro de la corte vienesa [Filmaffinity]
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Análisis
Nueva adaptación audiovisual de la emperatriz Isabel de Baviera (1837-1898), conocida popularmente como Sissi, inmortalizada en el séptimo arte gracias a Romy Schneider en Sissi (Ernst Marischka, 1955). Tampoco en esta ocasión se trata de una producción anglosajana, sino alemana en coproducción con Netflix.

Realmente, Emperatriz ofrece el mismo contenido que su saga predecesora, pero con una vuelta de tuerca relevante. La premisa continúa siendo la misma: una joven procedente de la nobleza rural de Baviera cautiva al emperador de Austria, lo cual provoca que abandone sus bosques bávaros, donde disfruta de independencia y carece de responsabilidades, para instalarse en la corte vienesa, sujeta a la disciplina y al protocolo. El giro innovador consiste en acentuar los aspectos político-sociales del Imperio Austro-Húngaro, a tenor del debate político, las alianzas y las intrigas en las cuales se ve envuelta Sissí.
Por el contrario, la primigenia Sissi (1955) enfatizaba el componente romántico de la trama, teniendo como fuentes de conflicto la relación de la emperatriz con su marido, su suegra y demás familia. Emperatriz mantiene los conflictos familiares, pero logra dotar a todos los personajes de una mayor complejidad y de ricos matices, especialmente a la madre de Francisco José y a su hermano Maximiliano. Es agradable también observar cómo interactúa la serie con su época y con sus personalidades, apareciendo personajes secundarios como Liszt, Strauss o el inventor del ferrocarril, Stephenson.
Pero a la serie le cuesta arrancar, y mucho. El capítulo piloto es flojo, y poco a poco a partir del segundo va desplegando sobre el tablero dramático todas sus habilidades. Necesita demasiado tiempo para otorgar verosimilitud a sus personajes, que al principio son marionetas que parlotean diálogos más propios del siglo XXI que del XIX. Tras presentar a una Sissi posmoderna y sosa y esgrimir alegatos contemporáneos, el relato logra poco a poco encontrar su lugar y brindar su magia. Requiere paciencia. Y con todo ello, no convencerá a los más devotos de Romy Schneider. La Sissi cándida de aquel entonces ha muerto. Gustará más o menos, pero la Isabel de Baviera de nuestro tiempo ha decidido meterse en política.