Al Este del Plató

«el primer tercio es brillante, pues sabe hilar unas poquitas secuencias, de amplia duración cada una, en las que aparentemente no sucede nada, cuando a la vez ocurre todo»

 

 

Sinopsis
Paul Graff lleva una infancia tranquila en los suburbios neoyorquinos. Junto a Johnny, un compañero de clase excluido por su color de piel, se dedican a hacer travesuras. Paul cree contar con la protección de su madre, presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos, y de su abuelo, con el que mantiene una muy buena relación. Pero, tras un incidente, es enviado a una escuela privada, cuyo consejo de administración cuenta con el padre de Donald Trump como uno de sus miembros. El elitismo y el racismo sin complejos con el que se encuentra cambiarán drásticamente su mundo.  [Filmaffinity]

Análisis

Emotivo filme, de corte autobiográfico, de James Gray, quien obtiene mejor suerte tras títulos anteriores más irregulares, como fueron Z. La ciudad perdida (2016) y Ad Astra (2019). La amistad, el paso de la niñez hacia la adolescencia, la escuela y el sistema educativo, el racismo, el elitismo, la vocación profesional y la vida en familia son las cuestiones que afloran durante su trama. Aunque su apuesta es ambiciosa y prometedora, vaya por delante que el filme sale mejor parado en unos asuntos que en otros, pues quedan asuntos en el tintero y no todos pueden abordarse con la misma profundida.

Sin duda, el primer tercio es brillante, pues sabe hilar unas poquitas secuencias, de amplia duración cada una, en las que aparentemente no sucede nada, cuando a la vez ocurre todo. Un día en el colegio, el desarrollo de una cena familiar y una visita escolar al museo carecen, aparentemente, de acción dramática, pero desprende un costumbrismo soberbio y una magnífica atención a los pequeños detalles. La relación de Paul con su abuelo está tratada con una encomiable delicadeza, único apoyo en una etapa vital donde todo resulta confuso. Por momentos, Armageddon Time puede recordar a Los cuatrocientos golpes de Truffaut, pues parece tomar de allí el día a día en el colegio, la incomprensión familiar, las huidas por la ciudad hacia los recreativos y, especialmente, el robo.

Sin embargo, la película no juega tan bien su baza en la lanza rota contra el racismo. Aquí el desarrollo resulta un poco manido, previsible y carente de emoción. Aparte de unas pocas correrías infantiles, no se profundiza tan bien en la amistad entre ambos personajes, y Johnny queda desdibujado. De igual manera, tampoco la cuestión del elitismo académico y la escolarización se resuelve adecuadamente, quedando en mero marco en el cual insertar a Paul en los momentos finales del filme. De hecho, la resolución da cierta sensación de inconclusión.

De otra parte, cabe destacar la actitud de los adultos, los miembros de la familia Graff, verdaderos artífices de la calidad del filme. La sabiduría del abuelo se conjuga con la complejidad de los padres de Paul, preocupados por su educación, exigentes y a la vez sin saber bien cómo lidiar con su hijo. Las conversaciones entre ellos, sus miedos y obsesiones suponen la guinda del filme, pues de otra manera quedaría solo como un drama simpaticón de problemas infantiles. Por el contrario, es una invitación a la edad adulta. The Armageddon Time es dura de ver a ratos, pero mantiene bien el ritmo y la emoción, y sabe preocupar al espectador sin cargar en exceso las tintas.