El arma del engaño

«Puede faltarle un poco de mala leche en su tratamiento de los personajes […] pero el suspense y los giros narrativos están garantizados, así como la creatividad en el desarrollo de la operación de espionaje. Si hay jóvenes que deciden ser espías es gracias a películas así»

Formato: Película
Año: 2021
Director: John Madden
Reparto: Colin Firth, Matthew Macfadyen, Kelly MacDonald, Penelope Wilton, Jason Isaacs, Mark Gatiss
País: Reino Unido
Duración: 128 min
Género: Bélica. Histórica
Época histórica: Siglo XX. Segunda Guerra Mundial
Puntuación: ★★★★☆ (Muy buena)

 

 

Sinopsis
Año 1943, en plena II Guerra Mundial. Las fuerzas aliadas están decididas a lanzar un asalto definitivo en Europa. Pero se enfrentan un desafío importante: proteger durante la invasión a sus tropas de la potencia de fuego alemana, y así evitar una posible masacre. Dos brillantes oficiales de inteligencia, Ewen Montagu (Firth) y Charles Cholmondeley, son los encargados de establecer la estrategia de desinformación más inspirada e improbable de la guerra…  [Filmaffinity]

Fuente: Micropsia

Análisis

Notable película de espionaje, de corte clásico y convencional, cuya grandeza radica en la adaptación de un acontecimiento histórico poco conocido: la operación ‘carne picada’, desarrollada por la inteligencia británica durante la primavera de 1943. Cabe decir que su premisa ya había sido llevada al cine en 1956, con el título El hombre que nunca existió. Quizá el mayor reto de El arma del engaño consiste en condensar y transmitir de manera comprensible todos los entresijos de la red de espionaje en la Segunda Guerra Mundial, y podemos decir que sale bien parado, presentando además de manera atractiva (e incluso con cierta épica) esos hechos históricos, protagonizados por unos personajes bien armonizados entre sí.

Fuente: Screen Rant

Porque gran parte del encanto de El arma del engaño proviene del equipo del almirantazgo que ideó la operación ‘carne picada’: Ewen Montagu, Charles Cholmondeley, Jean Leslie, Hester Leggett e Ian Flemming (autor de las novelas de James Bond, publicando la primera de ellas en 1952), además de Winston Churchill, Admiral John Godfrey y los agregados diplomáticos en España. Con la carga precisa que necesita una película de espías, están dotados todos ellos de sus conflictos y sus fantasmas, sus virtudes y defectos, compenetrándose a la vez que chocando entre ellos en su afán por ganar la guerra. Montagu (Colin Firth) y Cholmondeley (Matthew Macfadyen) forman una excelente pareja protagonista, de caracteres muy diferentes, pero ambos vistos como outsiders por la jefatura del gobierno.

Si bien discurre durante su primera mitad en las mismas pocas localizaciones, poco a poco el espacio cinematográfico se va ensanchando. Es una película de despachos, en la cual echan humo los cerebros de los personajes, de mucho diálogo, tanto rápido y creativo como de conversaciones densas y tensionadas. En ocasiones, fía todo a la labor de montaje para acelerar los ritmos y presentar un mismo acontecimiento desde diferentes ángulos, con la actuación de diferentes personajes en distintos espacios. Especialmente, reviste mucho interés la extensa secuencia de España, cuando saltan a la palestra decenas de factores de espionaje y contraespionaje en un ritmo vertiginoso. Sin embargo, la película pierde fuelle en su última media hora. La maquinaria suiza que tan bien había desarrollado antes deambula por lugares comunes precipitándose hasta su final, sin apenas suspense ni sorpresas para el espectador. Como un partido de fútbol de mucha intensidad que concluye en el minuto 70 cuando un equipo mete dos goles: al final, todo está ya sentenciado y le sobran todos los minutos finales. Por otra parte, sobran también un par de detalles soeces totalmente desencajados con el tono del relato.

Fuente: BBC

En conjunto, El arma del engaño es una excelente recreación histórica, que contextualizada estupendamente la invasión aliada de Italia en 1943 al señalar los beneficios y riesgos de aquel desembarco en Sicilia. Puede faltarle un poco de mala leche en su tratamiento de los personajes, que potencialmente podrían estar más contra las cuerdas, pero el suspense y los giros narrativos están garantizados, así como la creatividad en el desarrollo de la operación de espionaje. Si hay jóvenes que deciden ser espías es gracias a películas así.


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